Estoy seguro de que tu mente ya está de lleno en comenzar el 2021, con una necesidad generalizada por pasar la página en la rapidez del cambio ¿Te sientes preparado para navegar este nuevo año que comienza?
Como sabes, en los últimos meses tanto las personas como las organizaciones se han tenido que reinventar, adaptar a toda velocidad para sobrevivir. El papel del coaching se ha vuelto fundamental, en un contexto donde la sociedad cambia, crece y madura motivada por diferentes factores ya sean económicos, tecnológicos, políticos o sociales; que a su vez influyen sobre cada una de las personas que la conforman.
Crisis, cambio e identidad
En todo cambio construir mi identidad implica tomar decisiones ante pequeñas y grandes crisis, no es un proceso secuencial, ya que en todo momento actúan circunstancias, tanto internas como externas (por ejemplo el cambio de época por el cual estamos transitando), que crean una necesidad imperiosa de adaptación, como lo sucedido en estos últimos meses.
En el camino, es posible adoptar dos posturas:
•Actitud de rechazo: consiste en aferrarse a lo que uno ha sido hasta el momento, el cambio se define por la pérdida de status alcanzado y conduce a sentimientos de defensa y desdicha ante la perdida.
•Actitud de reflexividad: la crisis se vive como una ¨conversación identitaria. El cambio es percibido como una oportunidad de crecimiento que permite renovar creencias y limitaciones.
La construcción identitaria, por tanto, es una tarea básica que establece la semilla de diversas actuaciones como la toma de decisiones, el autoconocimiento, autoconfianza o la aceptación de posibilidades y limitaciones.
Con frecuencia cuando hablamos de crisis identitaria la imaginación nos conduce a situaciones lejanas a nosotros, a un terreno ajeno a nuestras potencialidades. Sin embargo, la crisis de identidad puede visitar a cualquier persona en un momento inesperado, tan inesperado como el surgimiento de un acontecimiento imprevisto, como se dio con la pandemia.
Ser en la ¨nueva normalidad¨
Rápidamente hemos pasado del estrés del coronavirus, a cierta presión generalizada de que tenemos que salir prácticamente siendo otras personas, para afrontar la ¨nueva normalidad¨, o más aún, para poder estar a la altura en ese futuro que está a la puerta.
Ese sentido de presión por actuar antes de pensar, antes de ser, antes de reflexionar, me lleva a la pregunta ¿nos hemos permitido vivir el hoy? hemos profundizado lo suficiente en nuestro ser interior, para saber qué hemos ganado con esta situación o qué estamos valorando de nosotros mismos y qué cosas podemos sacar todavía de adentro, para orientar nuestras acciones. O nos hemos lanzado a hacer, hacer y hacer para anestesiar esos sentimientos. Si hemos tratado de entresacar qué significa para nosotros como seres individuales (desde mi identidad interna, no lo que piensa el entorno) esta oportunidad que nos da la vida de crecer, y cómo es que queremos vivir después de esto. ¿Qué vamos a hacer y para qué?
Algo clave para esta nueva página es ¨Creer ¨de una forma generadora y no limitante, que esta es una gran oportunidad para emprender, ser resilientes, aprender cosas nuevas, desempolvar habilidades y destrezas, recuperar la empatía, en fin, para muchísimas cosas positivas; que cada uno tiene para sacar y ser su mejor versión.
Pero también creer que pasar del miedo al coronavirus al miedo de quedarse atrás, de no estar a la altura, de no poder convertirnos en esa nueva persona de la noche a la mañana, no es el mejor lugar mental para iniciar el cambio.
¿Desde dónde me posiciono?
Es necesario saber que el tipo de personas que somos hoy no es suficiente para el reto del futuro. El primer paso que requerimos es una transformación en nuestra forma de ser, de relacionarnos entre nosotros y con el planeta en una mejora constante, donde el coaching ofrece caminos de aprendizaje en este sentido, como disciplina, tiene sus raíces en la filosofía socrática y se plantea que los seres humanos estamos en constante devenir, y que tenemos la posibilidad de impulsar nuestra transformación individual y sistémica.
Algo fundamental es “saber escuchar, saber fundar los juicios sobre los que tomamos decisiones, saber entregar y recibir una retroalimentación, saber gestionar las emociones”, son ejemplos de competencias clave en la era Post-covid-19
Para concluir te dejo estas dos preguntas para esa actitud de reflexividad ¿Cómo te visualizas en este 2021? ¿Sientes necesario trabajar en tu persona?