“Ya no tendrás que seguir las órdenes de nadie más que vos mismo”, es uno de los argumentos que se escucha a menudo cuando se habla de los beneficios del ser emprendedor. Y si en el momento que escuchas esta frase estás en medio de la presión que provoca tener un jefe autoritario, o estás agobiado por la cantidad de tareas que te delegaron, o haces la cuenta que llevas tres años sin tener unas vacaciones completas; entonces la idea de una vida laboral independiente comienza a hacer nido en tu diálogo interno y comienzas a alimentar la idea de ser un emprendedor.
Lo cierto es que ser tu propio jefe puede ser una idea liberadora o puede ser el principio del proceso para convertirte en el esclavo de una persona de la que no te podrás desprender con el simple hecho de presentar tu renuncia, vos mismo.
Tres señales que indican que un emprendedor esta siendo su propio esclavo
1- Marcar un alto umbral de exigencia
Sabemos que en este mundo competitivo, la calidad es un diferencial que puede hacerte distinguir sobre el resto. Pero fijar un parámetro de cumplimiento muy alto puede ser un objetivo que no podrás alcanzar sólo. Recuerda que al emprender tus recursos no son ilimitados e incluso puede que vos seas tu único recurso y por eso debes cuidarlo más que nada.
- ¿Aceptarías sin cuestionar esa orden de tu jefe si trabajaras en relación de dependencia?
- ¿Tienes los recursos o el tiempo para poder satisfacer la demanda que te estás haciendo?
2- Eliminar los tiempos de descanso
Si se cuenta con recursos limitados, la cantidad de tareas que cada uno debe realizar es mayor y es obvio que llevará más tiempo. Es común que el emprendedor reduzca y hasta llegue a eliminar los tiempos de ocio, que trabaje los fines de semana, que deje de realizar encuentros con amigos, que deje su hobby o actividad recreativa. Pero en un corto plazo, esta conducta terminará reduciendo la productividad del emprendimiento e incluso terminar con él.
- ¿Cuánto tiempo hace que no estás con tus amigos?
- ¿Qué actividad que te repone de energía dejaste de realizar al pasar a ser un emprendedor?
3- Cambio de tu sentido del humor
No estoy descubriendo nada nuevo cuando digo que nuestro sentido del humor se afecta con el estrés. Pero solemos minimizar o directamente negar que estamos más irritables cuando somos emprendedores. Quizás porque sentimos que estamos fallando a la convicción de que ser emprendedor nos iba a llevar a una vida más relajada. Pero más allá del porque, lo cierto es que si, siendo objetivos, notamos que estamos con un “humor de perros”, cómo decimos en Argentina, es probable que estemos siendo nuestros esclavos.
- ¿Cuánto hace que no te reís con ganas?
- ¿Te dijeron que te notan raro?
Sentirse libre como emprendedor
Estar atento a los referentes
Cuando comiences el camino del emprendedor, puedes fijar referencias que te permitan ver cómo avanzas en el desarrollo del proyecto. Entre tus contactos habrá personas que te conocen bien y que pueden ver cuando estás pasando de la libertad a la esclavitud. Como dice la ley de la atracción, lo semejante atrae lo semejante, por eso es importante que mantengas vínculos sanos con personas que te puedan aportar una mirada diferente que te permitan ver desde otro ángulo quien estás siendo como emprendedor.
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Cuidarse uno para cuidar a los demás.
Antes de comenzar un vuelo en avión, los asistentes de vuelo se encargan de recordarnos que en el caso que se activen las mascarillas de oxígeno, debemos atendernos primero antes de asistir a los niños o a otros pasajeros. Este es un consejo que debemos tomar al encarar nuestro trabajo independiente, si nosotros no estamos bien nuestro emprendimiento tendrá fecha de vencimiento. Nuestro crecimiento personal tiene que ir a un ritmo igual o mayor que nuestro emprendimiento, para asegurarnos que el proyecto siga adelante.
Aplicar en uno mismo la regla de oro
Hay un consejo que se suele escuchar como la regla de oro: “Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes”. Aplicar este principio con uno mismo es clave cuando emprendemos; lo podríamos parafrasearlo para el mundo emprendedor: “ se contigo mismo el jefe que te gustaría tener”.
El desafío de llevar una vida equilibrada, se aplica en todas las áreas y actividades y por ende, también para el emprendedor. Pero el punto de equilibrio es dinámico, porque vivimos en un mundo dinámico, cambiante. Tienes que estar atento a las señales, mover tu punto de equilibrio según las condiciones del contexto, atender las cosas y a las personas en el momento correcto, para que tu vida de emprendedor te lleve a la plenitud, porque si vos estás bien las personas que te rodean estarán bien y el proyecto seguirá adelante.