Por Lic. Esther Peluffo
Si el futuro nos presenta desafíos que requieren de mayor compromiso y conciencia hacia el otro; si el futuro nos expone a nuevos escenarios tecnológicos; si el futuro nos genera el vértigo de lo indescifrable, es en este “estoy siendo” actual que debemos desafiar nuestros ámbitos reconocidos para rediseñarnos de modo constante. Y así afrontar los desafíos que presenta el futuro.
Cuando pregunto “¿Qué aprendimos?”, pienso y vuelvo a preguntar “¿Qué tendríamos que haber aprendido?”. Desde el coaching las personas nos formamos para construir juntas un mundo mejor, más solidario, más generoso, más unido. Sin embargo, salir a la calle nos muestra un escenario de angustia y decepción constante. El efecto contagio del optimismo propio de quién cree en el otro, aún es un movimiento tenue, que requiere del empuje de todos aquellos que nos formamos en esta maravillosa disciplina de la reflexión y la acción por sobre todas las cosas.
Afrontar los desafíos que presenta el futuro
Los alumnos de coaching hoy tienen la oportunidad de demostrar que su ejercicio de reflexión cotidiana es ante los parámetros cambiantes que nos rodean, una de sus mejores preparaciones para abrirse paso hacia ese futuro intenso y dinámico que avanza.
Cada año desde la Asociación Civil ECO Coaching Educativo proponemos una serie de cursos, seminarios y jornadas de capacitación y perfeccionamiento en esta disciplina tan exigente como es el coaching. El coaching nos expone a nuestras propias emociones para luego, poder acompañar la emocionalidad de los otros que son parte de nuestro entorno y de este entorno que es cambiante e intrigante.
Con alegría, hemos sido testigos en las jornadas presenciales, en las audiencias públicas de nuestros egresados o en los congresos que brindamos, los logros profesionales y personales de los alumnos que comprenden que estamos en el camino del coaching como un camino de encuentro y de capacitación permanente para poder sostenernos y fortalecer el trabajo en equipo, e incidir en el desarrollo de nuestras comunidades.
Ser solidarios es uno de los aprendizajes más fuertes que realizamos este año, colocándonos en una perspectiva que se abre hacia adelante. La solidaridad nos coloca a todos en una base de igualdad.
Abrir una nueva agenda: ¿Cómo seguimos?
Iniciamos un nuevo año, siempre comprometidos en formar verdaderos coaches – ontológicos y educativos – que puedan primero conocerse a sí mismos, y luego se planteen proyectos sencillos o más ambiciosos para llevar a sus comunidades, a sus escuelas, a sus organizaciones. Que se animen a enfrentar obstáculos, diseñar nuevos desafíos, proyectar y desarrollarse.
Hoy se plantean nuevas agendas de temas para repensar las acciones de los seres humanos en general, desde el coaching tenemos un horizonte inmenso de oportunidades para extendernos.
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Uno de los ejemplos tiene que ver con “la agenda de género” que ha llegado a las charlas más cotidianas así cómo a revisar el lenguaje en instituciones centenarias. Mujeres veinteañeras se animan a disputar sus lugares en ámbitos laborales, sociales y/o políticos. Ese aprendizaje como sociedad puede ser más lento que el tiempo en que los acontecimientos suceden. Por esto, considero que, con el coaching y las valiosas herramientas de escucha, reflexión y puesta en acción, logramos acelerar esos tiempos de comprensión y reacomodamiento social, porque nos indagamos para comprender principalmente para qué surgen estos procesos; para qué este movimiento intenta romper con estructuras confortables del pasado; para qué es necesaria nuestra actualización y capacitación en jornadas en las qué crecemos al plantear los tópicos de esta nueva agenda.
Otro de los ejemplos que quiero mencionar es “la agenda verde”. También aquí, con diferentes vaivenes se presenta desde los estados y desde las comunidades mayor conciencia respecto a nuestra afectación al medio ambiente. Nuevamente los coaches estamos llamados a actuar. Educar, dar el ejemplo y generar conciencia de la incidencia en nuestro ecosistema, tiene que ser parte de los proyectos que trabajemos. Para que nuestra sensibilidad contagie a los otros; para que en el respeto a la naturaleza se fortalezca el respeto hacia el prójimo; para que logremos construir el mundo mejor que queremos habitar.
Hay otras “nuevas agendas” que se están abriendo al debate: desde las científicas, tecnológicas y siempre, la educativa que se rediseña en función del mundo que avanza.
Cerró un año, abrimos otro: Preguntas, quiebres, proyecciones, objetivos, así se mezclan las emociones en esta época. Vuelvo a enunciar las preguntas disparadoras: ¿Qué aprendimos? ¿Qué nos faltó? ¿Cómo seguimos?, y también ¿Qué tendríamos que haber aprendido? Las respuestas se inician en nuestro interior, primero la mirada es hacia adentro, pero luego la mirada se eleva para observar un horizonte que nos invita a caminar, a avanzar, a involucrarnos.
Afrontar los desafíos que nos presenta el futuro nos genera preguntas. Las respuestas aparecerán y luego, yo veré feliz – casi como una espectadora privilegiada -cómo nuestros alumnos y nuestros egresados, con su optimismo y tozudez elaboran proyectos para cambiar el mundo.
Lic. Esther Peluffo
Master Coach
Asoc. Civil ECO Coach Educativo