Este mes nos visitó en el programa de radio Conexiones, la Lic. Norma Hayes, organizadora de las actividades de Brigitte Champetier en Argentina. Norma nos trajo su frescura y claridad respecto a las nuevas constelaciones.
A partir de sus palabras y de la sugerencia de Fernando Girasol para que escriba sobre el tema, es que me permito humildemente compartir con ustedes la importancia en la toma de conciencia que nos propone este nuevo abordaje.
Naturalmente un ciclo sigue al otro y así… en una eterna espiral ascendente individual a la vez que colectiva, vamos evolucionando como individuos y en consecuencia como especie.
Vamos evolucionando
En la línea temporal de nuestras vidas pasamos varias veces por el mismo lugar o situación, pero desde otro rol, desde otro entendimiento y percepción, desde un estar siendo diferentes cada vez, en cada vuelta de la rueda. Las vivencias en primera persona y su retroalimentación inevitablemente nos introducen en un constante cambio del adentro y en sincronía del afuera.
Es así que crecemos en conciencia, nos descubrimos y evolucionamos experimentando y experimentándonos.
En los primeros albores, la técnica de las constelaciones familiares se constituía en un movimiento que no estaba del todo libre de juicios, interpretaciones y bien intecionadas maniobras de control por parte del Constelador en pos de la obtención de los mejores resultados según su criterio para la persona Constelada. El Constelador en esta etapa tomaba el papel de sanador.
Luego de este primer ciclo de manifestación de la técnica de las Constelaciones Familiares, Hellinger, nos invita a conectarnos con la fuerza del campo, dando así lugar al movimiento natural que realiza la existencia (amor, Dios, Universo, fuerza creadora, como cada uno lo llame) hacia la sanación.
En este espacio, en esta nueva mirada sobre las Constelaciones Familiares, ya no hay control, ni juicio, no hay movimientos forzados, no hay mente, no hay ruido… solo hay confianza, amor y libertad…
Es que cuando soltamos, cuando callamos y hacemos silencio… cuando nos dejamos guiar , conectados y a la espera…
Aparecen las fuerzas de sanación y es ese el momento en el que en cada Constelación, podemos observar como esta fuerza está dirigida hacia las reconciliaciones e inclusiones que van a crear sanación.
En lo personal, en estos momentos de silencio y contemplación, observo en cada movimiento la presencia como yo lo llamo… de DIOS.
En este nuevo ciclo, el Constelador se pone al servicio del vacío creador y ayuda al cliente a asentir a todo como es, lo ayuda a conectar con la vida. El centramiento, la apertura hacia algo más grande y el dejarse guiar, es imprescindible para que la sanación del sistema ocurra.
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