¿Te pasa que a veces no accionás porque no te sentís con la suficiente seguridad para hacerlo? ¿O que no encontrás la manera de conectar con tu autoconfianza? En esta nota te invito a reflexionar sobre estos tópicos: Seguridad y Confianza
Normalmente, en el trabajo diario con clientes, aparece el tema de no tener o no sentir el nivel de seguridad que desean para poder tomar acción y así obtener los resultados esperados. Esto sucede tan frecuentemente que me pareció valioso compartir algunas reflexiones al respecto.
Sucede que, desde mi punto de vista, es necesario hacer una distinción entre seguridad y confianza, que a veces vienen juntas y entremezcladas, pero son cosas distintas. Quizás lo que estoy proponiendo en este post sirva para que puedas disponer de estas dos experiencias (o coherencias) en aquellas situaciones que mejor apliquen. Es decir, “pedirle” a la confianza lo que ella puede dar, y lo mismo con la seguridad.
La necesidad de cuidar lo que tengo
Cuando hablamos de seguridad, nos referimos a la capacidad de estar a salvo. Por ejemplo: en nuestra casa podemos instalar un sistema de alarmas para evitar que alguien entre en ella y nos robe. Por lo tanto, lo que buscamos con este mecanismo es estar protegidos.
Si lo llevamos al ámbito de las personas, encontramos la famosa “zona de confort”, que particularmente prefiero llamar el “espacio conocido”. Este es ese lugar donde sabemos lo que puede pasar, conocemos lo que funciona y lo que no; estamos muy conscientes de lo que nos da miedo, lo que podemos manejar, y también de aquello que escapa a nuestras posibilidades. Todo esto desde nuestro modelo mental y nuestro sistema de creencias.
Es muy probable que dentro de esa zona haya un montón de situaciones que nos molestan o que ya no queremos más, y de las que sin embargo nos sigue seduciendo el hecho de conocerlas en detalle.
A nuestra mente le atrae lo conocido, por lo tanto, en general, preferimos ese supuesto estar a salvo, a las posibilidades que esconde la incertidumbre de lo nuevo. Así, si nos aferramos a esta idea de seguridad, es muy probable que terminemos “convencidos” de quedarnos quietos en este espacio.
La fuerza para tomar acción
La confianza se activa en nosotros para lanzarnos a la acción. Nos mueve a salir de ese espacio conocido para tomar riesgos, para desplazarnos hacia los resultados que anhelamos atravesando lo desconocido.
La confianza nos permite coordinar acciones con otros. Nos abre la posibilidad de entregarnos a la experiencia de crear algo juntos.
Por eso, para generar la fuerza necesaria para avanzar hacia lo que deseamos, se requiere enfoque en cultivar y nutrir nuestra confianza más que en mantenernos seguros. Porque si nuestro interés está en protegernos, lo más probable es que vivamos predispuestos a quedarnos en el lugar en donde estamos. En cambio, la confianza nos permite expandirnos hacia nuevos territorios.
Los resultados de la confianza generan seguridad
Desde el coaching ontológico distinguimos tres pilares de la confianza.
1- Sinceridad: Es el nivel de congruencia que manifestamos entre lo que pensamos y sentimos, lo que decimos o declaramos. Vamos a la vida: ¿cuántas veces nos pasa que nos proponemos objetivos menores a lo que realmente queremos debido a temores o creencias limitantes? Cuando entramos en esta incongruencia restamos puntos a la sinceridad y, por ende, terminamos debilitando la confianza.
2- Competencia o Ámbito: ¿cuán capaces creemos que somos para hacer eso que se requiere para llegar al resultado deseado? Para eso nos entrenamos, para eso buscamos espacios de mejora, oportunidades para evolucionar.
No obstante, mientras vamos profundizando el hábito de decir una cosa y hacer otra, automáticamente generamos juicios limitantes sobre nosotros mismos que, en definitiva, nos llevan a pensar que no somos suficiente. Te invito a verlo de esta manera: ¿Cuántas veces pensamos “Me he prometido mucho comenzar a hacer actividad física y no lo hice. Eso no es para mí”?
3- Credibilidad: este último pilar, para mí, es el corazón de la confianza. Nos referimos a la congruencia entre lo que decimos y lo que llevamos a la acción. Este es el gran desafío de todos nosotros como seres humanos, dado que cotidianamente vivimos rompiendo microacuerdos con nosotros y con otras personas en total transparencia.
A veces se da una suerte de círculo vicioso. Por ejemplo: declaramos una meta pero al mismo tiempo sentimos que las acciones que se requieren tomar para lograrla conllevan un riesgo, por lo tanto, procuramos estar seguros de que nada malo suceda.
Como decía antes, la seguridad nos mueve a permanecer en el lugar conocido. En este espacio no se dan las acciones para llegar a otros resultados, entonces, no cumplo con mi promesa. Conforme vamos rompiendo nuestros propios acuerdos, nuestra credibilidad se va debilitando.
Y decía que la credibilidad funcionaba como el corazón de la confianza, por lo tanto, cuando debilitamos la credibilidad debilitamos la base de esa estructura. Y cuanto menos confianza, menos fuerzas y menos motivación para salir del estancamiento.
Y ahí nos quedamos, dando vueltas una y otra vez en el punto de partida; esperando que la seguridad nos dé el empujón para salir, cuando por el contrario, nos da motivos de sobra para quedarnos.
Obviamente, es necesario experimentar seguridad y cuidar lo que se tiene, pero al pretender alcanzarla vamos debilitando, sin darnos cuenta, nuestra autoconfianza, que al mismo tiempo está relacionada con nuestra autoestima (la autopercepción sobre cuánto valemos por lo que hacemos y por la diferencias que creamos a partir de eso).
Propongo entonces reflexionar sobre algunos puntos:
¿Qué cosas hago importante cuando me aferro a lo “seguro”?
¿Cuántas veces por no sufrir o no sentir frustración, si las cosas van mal, me quedo en un lugar donde ya sufro porque no tengo lo que quiero?
¿Qué habilidad o capacidad creo que no tengo? ¿Qué creo que me falta para tomar acción?
¿Cuándo y dónde lo aprendí?
¿De qué manera, día a día, voy socavando mi credibilidad y por ende, debilitando mi confianza (por ejemplo, romper pequeñas promesas)?
Espero que estas ideas te sirvan para ser y hacer diferente, y así aumentar tu poder personal.