Vivir Como Coach
Ejercer es un verbo latino que significa practicar los actos propios de un oficio, facultad o profesión. [1] Ejercer como coach refiere entonces a coachear. Y si ese coachear se hace profesionalmente se referirá a hacerlo a cambio de una paga que le permita vivir como coach.[2]
Las investigaciones que vengo realizando con distintos equipos, y la que recientemente publicó la AACOP[3] , describen el siguiente escenario de los coaches en Latinoamérica:
- – Menos del 10% de los coaches certificados viven como coaches.
- – Menos de un 5% de los coaches certificados se dedica tiempo completo al coaching.
- – Menos del 25% de los coaches obtienen algún tipo de credencial profesional una vez certificados. (La credencial profesional es un documento que otorga una institución profesional que da cuenta del grado de desarrollo del coach, ej.: coach senior o master).
- – El 90 % de los coaches considera que le falta formación/especialización para poder vivir como profesionales.
- – El 50% de los coaches no cobra por sus servicios.
- – El 75% de los coaches que cobran lo hacen por menos de U$s10.- por sesión.
- – Menos de un 5% de los coaches que cobran lo hacen por más de U$s30.- por sesión.
La situación de pandemia no ha hecho más que reforzar esta situación de precariedad en el ejercicio de la profesión. ¿Qué podemos hacer para revertir esta situación?
Desde que certificara en el año 2000 mi propósito ha sido y es vivir como coach. Todo lo que vivo como profesional han sido oportunidades de aprendizaje, cada día y con cada cliente durante más de 20 años. En este sentido me he convertido en experto para vivir como coach. Y como experto voy a compartirte aquí cuales son los 4 aprendizajes más importantes que encontré para lograrlo:
- Para ser coach debes convertirte en emprendedor.
- Para emprender como coach debes aprender a convivir con la incertidumbre.
- La obsesión por el valor
- La relación con el coachee en el centro
- Para ser coach debes convertirte en emprendedor.
Coach Emprendedor
El coach es un trabajador independiente o cuentapropista, son excepcionales los casos de coaches empleados dentro de una organización. No es una profesión regulada ni reconocida legalmente, tampoco tiene representación gremial.
Esta situación expone al coach a crear sus propias condiciones laborales, más allá de la contención del marco legal que opere en cada país para este tipo de trabajadores.
La figura del emprendedor emerge en el sistema capitalista y refiere a personas autoempleadas que buscan dar solución a problemas del mercado/sociedad.
El coach emprendedor es responsable de definir su modelo de negocios, propuesta de valor, sus clientes y tomar las decisiones sobre su negocio. Tan importante como saber coachear es convertirlo en una actividad rentable/valiosa.
Para emprender como coach debes aprender a convivir con la incertidumbre.
El grado de fragilidad y exposición en el que vive el emprendedor es alto, como mencionamos antes los acuerdos y “protecciones” laborales casi no existen. La incertidumbre en este contexto de pandemia sumada a la ya existente en torno a esta profesión son las aguas donde nos encontramos.
¿Hasta cuándo durará este proceso?, ¿Cuándo lograré incorporar un nuevo cliente?, ¿Cómo hago para transferir los aumentos a los honorarios?
La capacidad para generar acuerdos sostenibles y valiosos con sus clientes constituyen la capacidad
fundamental para mantenerse a flote, como la tabla de surf para el surfista.
La obsesión por el valor
Mantener en equilibrio sobre las olas depende de mantener el foco en el valor para el cliente., eso es lo que nos mantendrá en el juego. El valor es la experiencia del cliente respecto del servicio ofrecido: ¿le sirve?, ¿cuán significativo está siendo?
En cada aspecto de nuestro servicio podemos agregar valor, en como llegamos al cliente, como le entregamos el servicio, como lo cobramos, donde lo hacemos, que alcance le damos, etc. El único límite para diseñar y ofrecer valor es ético.
En mi caso promuevo principalmente el valor en la relación con el cliente. Y lo primero de hago es construir el cliente que mejor se ajuste a mi propósito: ¿Qué cliente necesito?
Un cliente agradecido, que aprecie mi trabajo, que me pague bien, que me recomiende, que esté abierto al aprendizaje, que cuide la relación, comprometido con su desarrollo y con el mío. Y esto que busco es lo que soy, y cuando no sucede declaro quiebre respecto de quien estoy siendo en esa relación.
Si logramos conseguir algunos clientes y estamos en esos procesos, ¿Quién se dedica a vender para cuando estos procesos terminen? La respuesta que encontré: los clientes. Vivo de las recomendaciones de mis clientes desde hace más de 20 años. Desde ya esto forma parte de mi modelo de negocios y puede haber otras formas de responder esta pregunta.
Vivir como coach implica dejar de estudiar solamente y comenzar a aprender de otros emprendedores, observarlos y modelarlos. Mis clientes en este sentido también son mis principales maestros.
¿Cómo consiguen sus clientes?, ¿qué les ofrecen?, ¿cómo lo hacen? La mayoría de los coaches cree que estas preguntas son ajenas al proceso de coaching, sin embargo, opino que son el marco en que dichas conversaciones ocurren y definen las posibilidades tanto como las conversaciones de coaching en sí mismas. Hay un mundo “fuera” de la conversación de coaching la capacidad de distinguir
[1] https://dle.rae.es/ejercer
[2] https://dle.rae.es/profesional
[3] https://www.aacop.org.ar/plataforma-educativa/curso/contenido/coaching-como-profesion-37