El uso de las redes sociales en la infancia y la adolescencia, visto desde el Coaching Educativo
El amplio abanico de las Redes Sociales en el que se manejan las relaciones interpersonales hoy, invita al mundo del coach a tener una mirada y escucha atenta. Cuánto más cuando esas relaciones interpersonales son las de los infantes y adolescentes que atraviesan una etapa de formación de su personalidad y comportamiento. Por eso, desde el “coaching educativo”, se tiene una oportunidad más para acompañar en la reflexión a los alumnos y a las alumnas que son deslumbrados por el mundo de la virtualidad.
Retos, juegos y desafíos peligrosos en las redes
Cada tanto se reedita y viraliza el pánico hacia “Momo”. Éste es un personaje ficticio inserto en videos y transmitido por diferentes redes sociales que genera temor en infantes y lógica preocupación en madres y padres. “Momo” es la figura de una muñeca deformada que asusta al pequeño o pequeña espectadora y lo reta a cumplir crueles desafíos bajo amenaza.
Este fenómeno no es ni será el único episodio que emitirán las plataformas virtuales y que generarán alertas sociales. Incluso en los videos infantiles, con “youtubers” de corta edad, tienen como parte de su “guión” un reto a cumplir por determinada cantidad de tiempo. O realizan pruebas de altura, por ejemplo, que podría preocupar a cualquiera de los adultos si considera que los niños y niñas quisieran probarlo en casa.
Para los chicos y las chicas son juegos, pero discernir acerca del peligro que determinado desafío puede contener, esa es la tarea de los mayores cercanos.
Hay un desafío para los docentes, para los padres y para las madres, para educadores en general. Los chicos y chicas tienen un uso individual de las tecnologías, aunque cuando ingresan al circuito virtual extienden sus conexiones sin saber hasta dónde llegan.
Redes Sociales: ¿sí o no?
Cuando infantes o adolescentes se sientan frente a una pantalla, para ellos y para ellas se abre un portal de relaciones interpersonales que no siempre son leales, ni reales y se exponen a riesgos que ni siquiera imaginan. Cuando se sientan a una pantalla, están cerrando la puerta a las actividades que requieren de ellos esfuerzo físico, encuentro de gestualidad real, imaginación y creatividad táctil. Desde ya, que las nuevas tecnologías tienen propuestas interesantes, pero siempre que haya usos responsables de las mismas.
Desde la Organización Mundial de la Salud, recientemente se brindaron recomendaciones respecto al tiempo (o mejor dicho, al “no tiempo”) que los infantes deben estar frente a una pantalla.
Es en el ámbito de la familia en primer lugar, que se debe acompañar a los hijos e hijas a reflexionar qué búsqueda hay detrás de cada “like” que dan, de cada “chat” que inician, de cada “canal” que visitan o crean.
Por este motivo, desde el “coaching educativo” se brindan las herramientas para pensar estrategias para fortalecer los recursos de discernimiento que necesitan los menores.
Para los chicos y las chicas en escuela primaria, tener una Red Social puede ser un instrumento de mucha exposición que puede derivar hacia situaciones que generalmente no están en condiciones de controlar.
El acompañamiento de los padres y las madres no es tanto desde el control sino desde ser guías, orientadores y ser los creadores del espacio seguro. Ese lugar que a través de la comunicación se puede generar, y a ellos y ellas les brinde confianza.
El “coaching educativo” brinda herramientas para fortalecer los recursos de discernimiento que necesitan los niños, las niñas y adolescentes.
Educación Emocional
El diálogo y la escucha es una herramienta central para conocer las inquietudes, las necesidades, las emociones, la imagen propia que quieren reflejar en sus expresiones virtuales.
Los chicos y chicas necesitan ser escuchados y las redes sociales las usan para mostrarse o para generar una imagen que muchas veces no son.
Entonces, conversar acerca de para qué esa exposición en las redes sociales va a permitirles descubrir qué es lo que quieren ser; cuál es esa imagen pública que quieren crear que puede ser distinta a la que son originalmente.
A partir del amor como una emoción básica, donde se acepta al otro como un ser único, reconocido por sus posibilidades y respetado en su estar siendo. Esto genera autoestima y autoconfianza en los niños, las niñas y jóvenes. Sentirse escuchados es sentirse amados.
La escucha atenta (verbal y no verbal), las conversaciones como posibilidad de generar espacios de intercambio y reconocimiento, son estrategias que habilitan las relaciones interpersonales desde otro lugar.
Motivar el desarrollo de estas habilidades en los niños, las niñas y jóvenes les dará más confianza en sí mismo y les permitirá percibir si esa amenaza es propia o es ajena. Si sabe quién es, qué es lo que quiere, siente que sus recursos son mayores a la amenaza que pueda llegar tanto del mundo virtual como del real (Momo, drogas, violencia, bullying, etc). Cuando sabe que puede contar con el acompañamiento de un mayor, sabe que es «amado» y en consecuencia emociones como el miedo desaparecen.
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