En los tiempos que nos toca vivir, los cambios ocurren tan rápido que ni siquiera somos conscientes de ello. Renovarse es vivir. Es vertiginoso el paso del tiempo, de los minutos, las horas, los días, en fin, la vida misma. También los desafíos se actualizan a cada momento. Los cambios ocurren con mayor velocidad y frecuencia de lo que nos imaginamos. Acompañar y direccionar estos cambios hace de nosotros seres de diseños.
“Se el cambio que quieras ver en el mundo”
Mahatma gandhi
Esto, nos invita pensar que depende de nosotros ser protagonistas de los cambios que queremos ver en el mundo, siendo los principales responsables en el diseño de nuestras vidas.
La naturaleza comprende claramente este concepto. Un ejemplo de esto son «las águilas americanas», quienes nos enseñan como afrontar los procesos de transformación que necesitamos para vivir.
Son el símbolo del escudo nacional de los EEUU. Cuando conocemos un poco más de cerca la vida de estas apasionante aves, nos damos cuenta que tenemos mucho para aprender de ella.
Estas aves, también conocida como “águilas calva”, vive aproximadamente unos 70 años. Pueden llegar a pesar hasta 7 kg y tener una envergadura de hasta 2.5 mts. Sin dudas, son aves majestuosas e imponentes en pleno vuelo. Aproximadamente, a la edad de 40 años, las águilas americanas, comienzan un profundo proceso de transformación. Lo hacen para preservar la vida.
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En este momento de su vida, las uñas han crecido tanto que su curvatura les impide atrapar a sus presas y cuando logran hacerlo, son tan flexibles, que muchas escapan. Su pico, alargado y puntiagudo, no les permite comer y comienzan a debilitarse. Sus alas han envejecido y sus plumas gruesas y pesadas, le impiden permanecer mucho tiempo en vuelo y pierden agilidad para cazar. El águila se encuentra en una encrucijada, «renovarse o morir».
Elijen vivir. Elijen renovarse.
El proceso que elijen emprender no es para nada fácil, pero sabe que al realizarlo podrán vivir muchos años más. Se enfrenta a cinco meses de una profunda transformación, necesaria y conveniente. Comienza eligiendo un refugio y acumulando algunos alimentos. Una cueva segura y alta en alguna montaña. Le esperan días difíciles, desafiantes.
Comienza el proceso, corta su viejo e inservible pico, dando fuertes golpes contra la montaña. Espera a tener uno nuevo. Luego arranca las flexibles y dobladas uñas contras las piedras de la montaña y espera a que le crezcan las nuevas. El tiempo pasa. El proceso es profundo y doloroso. Por último, sus plumas viejas y pesadas, son arrancadas usando sus nuevas uñas y pico. Es tiempo de esperar a tener alas renovadas. Sin el abrigo de sus plumas, este tiempo de espera representa un duro desafío.
El águila, renovada, emprende una nueva etapa de su vida, con la expectativa de que este tiempo sea mejor.
“Los seres humanos, también necesitamos renovarnos, para emprender nuevas etapas de nuestras vidas, que nos permitan afrontar con éxito los nuevos desafíos y así, vivir mejor”
Los seres humanos, vivimos en el lenguaje y en las realidades que construimos a partir de él. Nuestras palabras, nuestras conversaciones, que representan el pico del águila Americana, necesitan ser renovadas. Siendo conscientes del poder creativo del lenguaje, podremos ser más responsables en nuestro hablar. Crear la vida en la que queremos vivir. Ser el cambio que queremos ver en nuestro mundo.
El mundo en el que vivimos, los hemos creado con nuestras palabras.
Estas conversaciones en las que vivimos, están sustentadas en nuestras creencias y en todo lo que se construye a partir de ellas. La cultura, el momento histórico y lugar en que nacemos, la herencia emocional, los mandatos sociales, nuestra relación con el misterio de la vida, nos prefiguran, nos condicionan para utilizar de una determinada manera nuestro lenguaje. Estas creencias de fondo, al igual que las alas de las águilas, necesitan ser renovadas. Muchas creencias no nos sirven para mantenernos en vuelo en estos tiempos tan cambiantes. Tener la habilidad de aprender nuevas creencias y de chequear las que tenemos, simbolizan el cambio de plumaje del águila americana. Sin esta renovación, sentimos que estamos como lentos, pesados, como que nos cuesta vivir en estos tiempos.
Las creencias en las que nos apoyamos para vivir día a día, nos condicionan para lograr nuestros objetivos. Revisarlas periódicamente, nos hace permanecer vitales y dinámicos para la vida.
En tiempos de cambio, los que tengan actitud aprendiente, serán los que mejor se adapten a este mundo. Aprender todo el tiempo es necesario, es un estilo de vida. Aprender es estar abiertos y conectados con el mundo y con su ritmo cambiante. Estos tiempos que nos toca vivir, nos demandan tener esta capacidad de sumar nuevos conocimientos todo el tiempo. Como las garras del águila que atrapa nuevas presas. Estar atentos a los conocimientos que necesitamos adquirir nos permite estar abiertos al aprendizaje. Cazar nuevos conocimientos que nos permitan ser mas sabios cada dia.
La actitud aprendientes nos permite estar perceptivo para hacer crecer nuestras habilidades.
Vivir renovados como el águila implica, renovar nuestras creencias, aprendiendo cosas nuevas, para poder conversar nuevos mundos, elegidos, diseñados, deseados. Nuestros mundos de felicidad.
Desafiémonos, como el águila, a renovar nuestras vidas.
¿Con que aspectos de tu vida empezarías tu renovación?
¿Cuál es el precio que estás dispuesto a pagar por una mejor calidad de vida?
¿Qué tan conscientes sos del poder creativo del lenguaje?
¿Qué tan protagonista te sentís de tu propia vida?
Contanos tus experiencias y juntos construyamos nuevas realidades.
Renovarse es vivir.-
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