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El poder mágico de la gratitud

Samuel Stamateas por Samuel Stamateas
hace 3 años
en Autores PressCoaching
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La gratitud despierta un nuevo nivel de consciencia que trasciende las barreras de lo físico, del tiempo y el espacio. Ser agradecido es un estado espiritual que nos permite enfocarnos en lo que somos, hacemos y tenemos, sin que nos afecte lo que no somos, no hacemos o no tenemos.

Ser agradecido te ayuda a saborear las experiencias positivas de la vida, aumenta tu sensación de bienestar y plenitud. Es una bendición porque al dar a otro, te das a ti.

Gratitud ¿para qué?

La gratitud te permite mirar la vida con gafas especiales, focalizando todo lo que sí tienes y no deteniéndote en lo que no tienes. Al volverlo un hábito diario, natural y espontáneo, permanecerás de gran ánimo y enfocado y todo irá cambiando a tu alrededor.

A muchas personas el éxito les engendra amnesia. No formes parte de ese grupo. Sé agradecido. Pregúntate: ¿para qué llegué adonde llegué? Conoce el propósito del éxito. Si estás aquí es por alguien y para alguien; si estás aquí es por algo y para algo.

Si hay algún día en el que no puedes estar agradecido, revísalo. Cualquier momento que no puedas recordar con gratitud, probablemente no lo hayas examinado detenidamente. Déjate llevar por la intuición más que por la razón. Tu espíritu te mostrará lo que debas ver.

Cuando venga el recuerdo a tu presente, repite varias veces “gracias… gracias… gracias”. Si la experiencia fue amarga, no agradezcas “por” lo vivido, agradece que “en” lo vivido pudiste ser… lograste hacer… supiste tener…

La gratitud multiplica las bendiciones

Si no eres agradecido por las cosas que tienes, tampoco te sentirás satisfecho con las que quisieras tener. La gratitud es un poder que multiplica las bendiciones. Nos enfoca más en lo que tenemos –que es muchísimo- que en aquello que nos falta. Ser agradecido depende más de tu actitud que de las circunstancias.

Conecta con la gratitud independientemente de lo que esté sucediendo en el  mundo exterior. Da gracias cuando te levantes por las mañanas, “¡Un nuevo día por vivir!”, cuando almuerces, cuando camines, cuando los resultados sean los buscados y cuando no lo sean, cuando te acuestes.

Ser agradecido es contagioso, tiene un efecto de onda expansiva. No solamente provoca cosas en ti sino también en el espíritu de los demás.

Pero cuidado, muchas personas creen que con decir “gracias” basta. Decirlo es necesario, sobre todo con quienes te ayudaron o están ayudando a salir adelante, pero no es suficiente. Sorprende a la gente que te ayudó en alguna crisis y exprésales tu agradecimiento en palabras y en acciones concretas: puedes obsequiarles un desayuno, un libro, un curso, un viaje, un vale de ropa, una cena, un día de spa.

Apreciar y agradecer por lo que los demás hacen por ti, te permite forjar relaciones interpersonales sanas y constructivas. La gratitud por quienes te rodean te hará inolvidable.

Todas las personas por las que no puedas estar agradecido se convierten en una carga. Es cuando queremos a las personas tal como son, que se convierten en nuestros seres queridos.

 

Como dijo la Madre Teresa de Calcuta: “Si juzgas a las personas no tienes tiempo para amarlas”.

 

“Gracias; valoro mucho lo que hiciste; tu aporte es importante para mí”: brinda palabras amables a todas las personas que se te crucen en el día.

Agradece:

*de la manera que mejor funcione para ti; encuentra formas originales.

*verbalmente y también por escrito.

*en forma privada y también en forma pública.

*con frecuencia, no esperes las fechas especiales.

*con generosidad; en lo que das, te estás dando.

*con alegría, lo estás eligiendo.

*a consciencia, piensa con tu  mente y piensa con tu corazón.

Registra la gratitud

Lleva un registro, libreta o diario de gratitud. Puedes escribir allí tu agradecimiento tanto por las cosas materiales como por las que no lo son; por estar vivo, por tener salud, casa, trabajo, por alguna experiencia, por algún aprendizaje, por un regalo recibido, por un familiar…

Cuando te vayas a dormir, haz un balance del día y por cada acción y por cada resultado, da gracias. Cada meta alcanzada es un nuevo punto de partida. Pero antes de seguir ¡tómate tu tiempo para celebrar!

Practica la gratitud. Desarrolla la gratitud. Irradia gratitud en forma continua. Recuerda que no se trata de “dar” gracias simplemente, sino de “ser agradecido”

Samuel Stamateas

Extraído del libro de Samuel Stamateas “21 hábitos para una vida plena”.

 

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Etiquetas: 21 hábitos para una vida plenaGratitudSamuel Stamateas
Samuel Stamateas

Samuel Stamateas

Samuel es Coach Ontológico (AACOP y FICOP), Coach Ejecutivo (IANLP), Project Manager (UB), Co-Director de la Escuela Líder Coach Profesional, Director de Liderazgo EnFoCo. Ha escrito además “Lidera tu vida” “Tu propósito es la clave” y “Quiero, puedo y merezco prosperar”

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