El niño o paciente pediátrico que debe operarse tiene una preparación física y también psicológica. A esto le llamamos Profilaxis Prequirúrgica Pediátrica. En la actualidad se les realizan sesiones de coaching a ellos y a sus familiares más cercanos, trabajando el miedo y la angustia.
Rafael Echeverría
“Los estados de ánimo viven en el trasfondo desde el cual actuamos”
El paciente pediátrico, se diferencia del adulto porque se encuentra en una etapa trascendente de su vida, la del crecimiento y desarrollo de todas las áreas que lo integran, física, intelectual, emocional y social. Pero cuando se manifiesta en su vida una situación donde interrumpe el fluir de su rutina, se producen cambios en sus emociones y en sus estados de ánimos, donde los llevan a transformar sus actos.
El Rol del Coach en la profilaxis prequirúrgica pediátrica
Desde hace más de 30 años me desempeño como Licenciada en Instrumentación Quirúrgica, especializada en cirugía infantil, y desde el coaching preparo a pacientes pediátricos prequirúrgicos antes de entrar a una cirugía, y a su nucleo familiar. En toda preparación del paciente pediátrico y su familia prevalece la escucha activa. Entre el “decir” (o hablar) y el escuchar, existe una comunicación efectiva.
“decimos lo que decimos y los demás escuchan lo que escuchan; decir y escuchar son fenómenos diferentes”
Porque es tan importante la comunicación efectiva para estos pacientes y familiares, porque la palabra tiene poder. El lenguaje crea realidades, a través de lo que decimos y cómo lo decimos. Hay palabras que abren posibilidades y palabras que las cierran, hay conversaciones creativas y otras destructivas, también hay declaraciones que pueden ayudarlos. Las palabras pueden crear confianza o desconfianza.
En el Primer Acuerdo, del libro de Don Miguel Ruiz , de su libro “Los Cuatros Acuerdos” transmite valiosas enseñanzas acerca del uso de la palabra. Sus sugerencias son que seamos impecables con nuestras palabras, que no hagamos suposiciones, que no tomemos nada personal y que hagamos siempre lo máximo que podamos.
La palabra no es tan solo sonido o símbolos escritos, son una fuerza. Las palabras son las herramientas más poderosas que tiene el ser humano. Estas palabras serán mágicas para este niño y su familia que están transitando por un momento difícil de sus vidas.
“La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha”
Montaigne
Cualquier tipo de intervención quirúrgica supone un trastorno de la rutina para cualquiera de nosotros. No deja de ser un procedimiento para intentar solucionar un problema de salud que tenemos. Para el paciente pediátrico una cirugía es algo devastador a nivel emocional. El estrés y la ansiedad que generan los hospitales, las batas blancas o las jeringas pueden afectar a su salud física y un cambio en su arquitectura mental.
Los miedos de chicos y grandes
Los temores mayores de los niños están centrados en la soledad y en la separación de los padres. En cambio, para los padres, los temores más frecuentes estan ligados a la anestesia, a no saber controlar la ansiedad y a cómo acompañar a su hijo para atravesar esta situación lo mejor posible. Antes estos temores comienzan a emitir juicios sobre los profesionales que integran el equipo que realizan la operación.
No todos los pacientes pediátricos reaccionan de la misma manera ante esta situación, al igual que los chicos mayores, muchos pequeños sufrirán de estrés y ansiedad, cuando se les habla que deben entrar a quirófano para tratar su enfermedad o reparar algún defecto de su nacimiento. La exteriorización de esos nervios se puede traducir en que se pongan a temblar, a llorar o que se queden paralizados, pero, ¿a qué le temen? muchos de ellos, que son los más pequeños, a estar solos, separados de sus padres, los pacientes mayores, a la desnudez frente a personas desconocidas, temen a no salir de la anestesia, al dolor, y a la muerte.
Es en este momento cuando se comienzan a manifestar sus emociones y estados de ánimos: los más pequeños comienzan a llorar y hacen berrinches. Los más grandes se enojan, no quieren entrar, o utilizan un lenguaje vulgar cuando se dirigen a los profesionales que los están asistiendo.
No somos, a veces, los responsables de los estados de ánimos en que nos encontramos, sino, que los cambios en nuestra vida cotidiana los producen. Esas emociones que surgen, y que no son elegidas por estos niños, son disparadas por una situación. No siempre se puede controlar las emociones o circunstancias que debemos experimentar, pero podemos elegir cómo vamos a responder a ellas.
En cada sesión de coaching que hacemos en el marco de la profilaxis prequirúrgica pediátrica trabajamos el miedo. Como lo define el Dr. Facundo Manes en su libro “Usar el Cerebro”, es uno de los estados emocionales que hace que el mundo se detenga, que todo el resto del entorno entre en un compás de espera hasta que ese peligro sea resuelto de alguna manera.
Se habla de cómo manejar la ansiedad y del dolor, un estado emocional en que los niños se sienten inquietos, y temerosos. En otros pacientes se trabaja la duda, esa duda de cómo quedarán después de la cirugía, que su malestar, su defecto y/o problema pueda ser solucionado. El tema más importante que se trata en una sesión de coaching es el miedo a la muerte.
Mi rol como coach en cada sesión está basado en la escucha activa y comprometida, les brindo las herramientas necesarias para trabajar el miedo y la ansiedad del niño, y el estrés que le genera la situación, y también son temas que trato con sus padres. Como se trata de niños realizo las preguntas y los más chicos la responde por medio de dibujos. Por momentos hago más énfasis en lo corporal que en lo lingüístico, eso dependerá de la edad del niño.
Generar confianza
Hay una interacción teniendo una conexión emocional, con los padres y el paciente, se diseña un espacio emocional adecuado para realizar esa interacción.
Cuando comienzo las sesiones aplico, de forma efectiva, una de las 11 competencias de Coaching de la ICF: CONFIANZA EN EL CLIENTE (PACIENTE Y FAMILIA).
Me centro en generar confianza con el niño y su familia, desarrollando algunas estrategias para lograrlo como: demostrar comprensión (empatía) durante el acuerdo de coaching, compartir lo que otros pacientes han logrado con las sesiones, comparto algunas experiencias personales, les aclaro dudas.
Con los padres se habla en una de las sesiones de la culpa y el enojo, ellos se sienten culpables de lo que le sucede a sus hijos, se sienten víctimas de los hechos, y se creen responsables de la enfermedad o malformación de su niño.
En los últimos años ha habido un refinamiento del diagnóstico y en las técnicas quirúrgicas, como también la importancia de la preparación prequirúrgica del niño y su entorno familiar. Toda intervención quirúrgica produce ansiedad como reacción ante estímulos desconocidos. Cuando se habla de realizar una operación, no solo se refiere al acto en sí, sino al proceso que lo acompaña, pasando por el momento de los estudios que dará el diagnóstico, por las consultas multidisciplinarias, el día de la internación hasta el alta.
En la actualidad es fundamental la preparación de los niños antes de ingresar a un quirófano, hoy se los prepara con las sesiones de coaching, en las mismas serán escuchados activamente, se los ayudará y acompañará a transitar ese camino de una forma diferente, donde podrán gestionar sus emociones, donde serán flexibles a ese tiempo de crisis. Al poder adaptarse a esa situación podrán sobreponerse mejor y más rápido a lo que deben y deberán enfrentar.

Los programas de profilaxis prequirúrgica son altamente beneficiosos no sólo para los niños y sus padres, sino también para todo el equipo médico-quirúrgico y para su entorno familiar.
Como escribió Viktor E. Frankl , en su libro “El Hombre en busca del sentido último” quien dice “El Hombre no está libre de condicionantes, sean biológicos………pero el Hombre es y sigue siendo libre de tomar posiciones con respecto a éstos condicionantes; siempre conserva la libertad de decidir su actitud para con ellos….” habla de la elección sobre la forma en la que nos queremos enfrentar a ese acontecimiento.
Esta es una de las libertades que tenemos y creo que en caso de las enfermedades que con llevan a una cirugía, nos dan una posibilidad.
El programa de profilaxis prequirúrgica pediátrica con el coaching propone un modo de enfrentarse a ese momento de una forma diferente, haciendo que cada uno de nosotros como profesionales contribuyamos a que sea más fácil para el niño y su familia, a afrontar una cirugía lo mejor posible.
Un niño llega a este mundo por el deseo de sus padres, y para llevar una vida sin altibajos, pero muchas veces la vida lleva a que pasen por momentos difíciles de superar.
Facundo Cabral
“NACER NO PIDE, VIVIR NO SABE Y MORIR NO QUIERE”
Claudia Fabiana Bennardis
Coach Ontológico
Lic. en Instrumentación Quirúrgica, especializada en Cirugía Infantil