Cada 8 de marzo se celebra el Día internacional de la mujer para conmemorar la primera manifestación femenina celebrada ese mismo día, pero en el año 1857.
Por eso hoy elegí este tema, para celebrar las igualdades de derechos y respaldar la teoría de que todos somos capaces de lo que queramos lograr independientemente del sexo.
Un nuevo estudio, realizado por investigadores de la Universidad Rosalind Franklin (EEUU) y publicado en Neuroscience and Biobehavioral Reviews, ha sido el primero en determinar las posibles diferencias entre los cerebros de hombres y mujeres, determinando que apenas existen diferencias (sic) https://neurologia.com/
¿Y tú que crees?
Desde el Coaching, siempre afirmamos que lo que nos limitan son las creencias que tenemos sobre nosotros mismos. Obviamente, dejando de lado impedimentos físicos, todo aquello que nos propongamos lograr es factible de ser realizado.
Ahora bien, ¿somos capaces de dejar de lado ese chip instalado desde pequeños sobre lo que podemos y no podemos hacer? ¿Somos capaces de dejar las etiquetas de que tal o cual actividad es para hombres y aquella para mujeres? ¿O somos de los que definimos al otro y a nosotros mismos de acuerdo a la sexualidad?
En el ámbito de la comunicación, siempre se creyó que la mujer es más verborrágica y más emocional. Más allá de las diferencias marcadas por los cromosomas, también se descubrió que la psiquis está determinada no solo por la biología y la herencia sino también por el entorno y el aprendizaje al que ha sido sometido un individuo.
Los juegos infantiles fueron determinantes a la hora de indicarle a un niño qué podía o qué se esperaba de él en la adultez. Así, a las niñas se les regalaba muñecas y a los niños, autos o armas. Generaciones de mujeres que creyeron venir a este mundo solo para engendrar, cuidar y asistir y hombres preparados para proveer y luchar.
Claro que siempre existieron las gloriosas “ovejas negras”: aquellos que no se doblegaron ante sus deseos, que rompieron la estructura impuesta y se arriesgaron a ir por lo que su esencia les mostraba. Mujeres científicas, guerreras, políticas… Hombres con una sensibilidad a flor de piel.
El mundo cambió y cambia vertiginosamente. Las luchas por la igualdad en el trabajo, en los derechos civiles y la no discriminación están a la orden del día y es maravilloso que muchas personas se levanten para ir por lo que consideran y es justo.
Pero no confundamos la exigencia del afuera con nuestra propia exigencia y creencia sobre lo que podemos o no hacer. Eso siempre dependerá de cada uno. Romper estructuras, modificar el mapa mental, cambiar ese chip que creemos inamovible en nuestra psiquis se puede lograr siempre y cuando nos animemos al cambio.
El coaching es una de esas herramientas útiles para alcanzar las metas deseadas. Como esta disciplina, hay muchas otras que nos pueden ayudar.
Aprender a distinguir
- Entre lo que quiero yo y lo que esperan de mí
- Entre lo que es posible y lo que tapa el miedo
- Entre lo que acepto y lo que resisto
- Entre ser víctima o responsable
La primera batalla que tenemos que enfrentar es con nuestras creencias limitantes, aquellas que nos impiden avanzar hacia lo que deseamos y que nos muestra un solo camino posible. La lucha no siempre es hacia afuera, antes de llegar a esa instancia y reclamarle a otros los derechos vedados, podemos primero hacer una mirada introspectiva para desafiar al censurador interior, saltar las barreras de nuestra psiquis y animarnos a buscar nuevos caminos.
No siempre podemos logarlo solos, para ello existen profesionales, comunidades que asisten al desarrollo personal.
Ser coach me permitió encontrar herramientas en mí y ayudar a otros a encontrar las propias para lograr resultados extraordinarios. Y pertenecer a una comunidad como @Presscoaching, junto con otros colegas, me hizo crecer desde la contención y el aprendizaje continuo.
Los límites están en los mapas, los mapas mentales no escapan a esta regla. Somos los dueños de esos límites y podemos correrlos o anularlos. Depende de cada uno.