Educarnos en Inteligencia Social para superar conflictos en el aula
Por Lic. Esther Peluffo (*)
El 2 de Mayo se conmemora en todo el mundo el Día contra el Acoso Escolar. Es un día en particular que aprovechamos a trabajar con los alumnos en temas relacionados al “bullying” y a los conflictos que pueden surgir entre ellos o en las relaciones que mantienen con sus entornos. En el Colegio Dardo Rocha, donde aplicamos cotidianamente las prácticas del “coaching educativo® ” ese día organizamos espacios para que “ellos hablen” y “nosotros escuchemos”. La experiencia nos moviliza a todos: alumnos y docentes.

Una de nuestras educadoras-coach, participante de la jornada contra el “bullying” nos relata: “Para mí fue un darme cuenta que la forma que yo percibo la realidad en mi relación con los adolescentes-jóvenes es en muchos casos muy diferente a como ellos la viven y la perciben. Como adultos pienso que el desafío es comprenderlos desde una relación de empatía, es decir, no pararnos desde nuestra mirada de experiencia y conocimiento, sino desde su mirada, desde su forma de relacionarse con los otros (esto de las redes sociales, códigos, vocabulario, etc.), e incluso desde sus propios valores”.
Los chicos, sobre todo en su etapa adolescente, tienen mucha interacción a través de redes sociales y creen que sus amistades se miden por un “like” o por cantidad de seguidores. Se angustian mucho si un posteo no tiene reacciones por parte de esa comunidad virtual. Y no valoran de la misma manera el abrazo real de los verdaderos afectos que le brindan reconocimiento y le dan su verdadero ámbito de pertenencia.
En la actualidad, desde el colegio trabajamos mucho sobre la educación de la inteligencia social. Mucho más que otros años. Esto es así porque el colegio no es una isla, está inmerso en un contexto, en una comunidad. En esa comunidad hay ciertas emocionalidades y éstas, así como los estados de ánimo, son contagiosas. Si hay una sociedad que está intolerante, esto va a llegar a las escuelas, por tanto, se darán situaciones en las cuales tengamos que actuar.
Para esto, tenemos que trabajar en una buena escucha, tanto de lo que nos transmiten las familias como de sus emociones. Tenemos que invitar a la reflexión: el poderoso “para qué”.
Los seres humanos siempre actuamos con un propósito que está ligado a nuestras necesidades básicas que además de comer y dormir entre otras cosas, están el reconocimiento y la pertenencia.
Las Fases del Conflicto: cómo llega
Cuando trabajamos con los grupos de chicos adolescentes para que reconozcan sus conflictos, intentamos que comprendan que así como tienen dispar desarrollo físico, lo mismo ocurre con el desarrollo emocional. La “madurez” que uno de ellos alcanza a los 18, quizá otro la alcanzó a los 12.
Las familias y los docentes tenemos que estar atentos a los conflictos que se inician entre los chicos que arrancan con “incomodidades”, pasan por los “malos entendidos”, suceden “incidentes” y más tarde llegan tensiones más complejas. Estas tensiones que hoy se las denomina “bullying” tienen que ver cuando una de las partes consigue “aliados” y se siente “empoderada”. La situación sale de lo individual y se torna en colectiva. La última fase es la que lleva directo a lo violento, no sólo verbal, también física. Es cuando preguntamos “¿qué nos pasó?”, “¿cómo no lo vimos?”.
Y no, ¡hicimos cómo que no lo vimos! No empatizamos con sus angustias y terminamos convertidos en cómplices. Lo dejamos pasar… dejamos pasar la “incomodidad”, los “malos entendidos”, los roces, los insultos… y comenzó la escalada de agresiones.
Todos los conflictos son problemas de “comunicación” en todos los órdenes, y en cada etapa. La “comunicación” es la base de las relaciones humanas, y muy particularmente dentro de la familia como “piedra fundamental” del diálogo. Es en el ámbito de cada familia donde los niños – adolescentes – jóvenes necesitan encontrar un espacio para hablar y para que los escuchen, donde puedan decir qué les pasa, sus dudas, sus inseguridades, sus problemas. Por eso, desde el colegio necesitamos construir lazos permanentes con las familias y estar atentos a las emociones que los alumnos presenten en las aulas.
(*) Autora: ESTHER PELUFFO, FUNDADORA Y PROMOTORA DEL COACH EDUCATIVO®
Esther Peluffo creó el Modelo de Coach Educativo® y, desde 1995, lo aplica en el Colegio Dardo Rocha de Acassuso (Provincia de Buenos Aires). Además, es fundadora y Presidenta de la Asociación Civil ECO – COACH EDUCATIVO® y ha tejido una red de educadores en Latinoamérica que llevan los conceptos del Coach Educativo®, Mediación y Educación para la Paz a sus comunidades escolares. Peluffo ha escrito cuatro libros secuenciales, el último bajo el título “¿CÓMO GENERAR UN CAMBIO?” (Editorial Dunken).
Todos los años, Peluffo desde la Asociación Civil ECO – COACH EDUCATIVO® organiza encuentros internacionales para fomentar el modelo de aprendizaje que propone mejores educadores, mejores alumnos y una mirada de crecimiento permanente para las acciones que cada uno desarrolle en la comunidad que habita.